Afirmaciones como las que te presentamos a continuación, son muy comunes en nuestra consulta. Si te sientes identificado con alguna de ellas, has de saber que podemos ponerle solución

  • Mis dientes superiores sobresalen demasiado
  • Me faltan piezas pero no tengo espacio para ponerme implantes dentales
  • Se me ven espacios entre los dientes
  • Mis colmillos están muy arriba
  • A mi hijo pequeño no le acaban de salir unos dientes
  • Se me ven demasiado las encías al sonreír
  • Me dicen que parece que mi cara está torcida
  • Tengo la mandíbula muy grande

La edad más adecuada para realizar una primera visita de revisión y prevenir problemas bucales es la edad de 7 años, cuando empiezan a erupcionar los primeros dientes definitivos. La detección precoz de alteraciones dentales facilita su corrección y proporciona mejores resultados con un menor esfuerzo. Por ello, recomendamos realizar una visita en edades tempranas, aunque se piense que el desarrollo bucal es normal.

Aunque los 7 años es la mejor edad para una primera visita a nuestra consulta, ésta debe adelantarse ante los siguientes signos de alarma:

  • Dificultad al masticar
  • Respiración por la boca
  • Paladar ojival
  • Succión del dedo pulgar
  • Desviación de la boca al cerrar
  • Separación o apiñamiento de los dientes
  • Mandíbulas que hacen ruidos al abrir o cerrar
  • Dientes que no cierran, que están salidos
  • Dientes superiores que no cierran por delante de los inferiores

El tratamiento preventivo debe hacerse cuanto antes, los padres nunca deben decidir por sí mismos, sino dejar esta responsabilidad en manos del especialista en Ortodoncia. Aun así, nunca es tarde para realizarse un tratamiento, a cualquier edad es posible llevarlo a cabo

Trabajamos con las últimas tendencias en ortodoncia invisible. Los brackets estéticos (blancos), la ortodoncia lingual (por la cara interna del diente) e Invisalign son las alternativas para que nadie note que llevas brackets.

Una vez finalizado el tratamiento, percibiremos grandes beneficios, tanto a nivel estético como funcional tales como:

  • Mejora en la higiene oral y ayuda a la prevención de la caries dental y la enfermedad periodontal (enfermedad de la encías)
  • Prevención de los desgastes anormales en los dientes
  • Lograr una correcta función mejorando la digestión de los alimentos y previene los problemas de articulación.
  • Evitar la sobrecarga muscular y puede eliminar ciertos dolores de cabeza y cuello.

Todo lo contrario, los aparatos son el instrumento con el que contamos para corregir la maloclusión. Gracias a su acción es posible mejorar, no sólo el estado de los dientes, sino el de las encías y huesos maxilares. Lo que sucede es que hay aparatos que favorecen la retención de alimentos, debiéndose extremar el cuidado en la limpieza de los dientes.

En términos generales, el tratamiento es completamente indoloro. Durante los primeros días el uso de los aparatos puede producir alguna incomodidad y molestia, desde la consulta se le indicará cómo aliviarlas, asimismo, una vez acostumbrado al aparato, no sentirá ninguna sensación desagradable.

Las fuerzas que se ejercen sobre los dientes para conseguir su desplazamiento controlado son muy suaves. De manera que pasados los primeros días apenas se acordará de la Ortodoncia.

Lo primero que haremos será examinar atentamente la maloclusión y estudiar los antecedentes del paciente. Se toman los modelos de los dientes en escayola, se hacen fotografías de la cara y radiografías especiales, con el fin de diagnosticar la naturaleza de la maloclusión. Como no existen dos maloclusiones iguales, el plan de tratamiento debe adaptarse a cada paciente en particular.

Los padres deben de estar presentes en las primeras visitas, cuando se hacen las exploraciones clínicas y se establecen los planes de tratamiento, duración, honorarios, etc. Gran parte del éxito final depende de la cooperación del niño y de sus padres; es importante, pues, que los padres sepan lo que se espera de ellos y del niño para obtener los mejores resultados posibles. Aparte de esto, no hay necesidad de que acompañen al paciente en cada una de las visitas que exige el tratamiento, aunque es aconsejable que acudan de vez en cuando para comprobar los progresos del tratamiento.

Una de las claves del éxito de todo tratamiento de Ortodoncia es la cooperación del paciente en cumplir las instrucciones sobre el uso de los aparatos y cuidado higiénico de los dientes. Para ello se le enseñará cómo debe limpiarse correctamente su boca y se le facilitarán pautas para llevarlo a cabo de manera adecuada en su casa.

Por supuesto que sí. El tratamiento de ortodoncia está planificado para poder ser tolerado por todas las personas con una vida activa normal. Los aparatos no cambian la pronunciación ni vocalización porque al estar colocados en la parte exterior de los dientes no tocan la lengua. Tanto la vida personal como profesional, no se verán afectadas por este proceso.

La ortodoncia es una ciencia, que como todas ellas ha evolucionado a pasos agigantados en los últimos años. Estos avances, nos han proporcionado una mayor precisión en el diagnóstico y en la aparatología. En este sentido, los brackets que utilizamos actualmente, son alta tecnología a pequeña escala, mucho más avanzados y precisos que hace años, lo que permite conseguir resultados excelentes y estables en el tiempo.

Aun así, una vez finalizado el tratamiento, en ocasiones es necesario mantener la posición de los dientes para que no tiendan a su posición original, pero existen soluciones a la altura de nuestras expectativas:

Los aparatos removibles: (de poner y quitar) se recomendará su uso a algunos pacientes al final de tratamiento. Se utilizarán durante las horas del sueño para no interferir con la vida diaria.
La retención fija: va pegada a los dientes por detrás, mantendrá los dientes anteriores estables en la misma posición; no se ve ni se nota y requiere un mantenimiento mínimo.